Como en casi todo, España también llegó tarde a estas experiencias de literatura compartida. El gusto por los debates y las tertulias intelectuales sobre temas científicos, literarios y políticos hizo que en los países anglosajones nacieran espacios de lectura compartida. Por ejemplo, en 1731 Benjamin Franklin fundó en Filadelfia la Library Company siguiendo una novedosa fórmula para financiar la adquisición de fondos bibliográficos: la suscripción. Con otras cincuenta personas, Franklin creó un fondo para adquirir volúmenes en las librerías de Londres y formar con ellos una biblioteca para todos. La aportación inicial fue de 40 chelines, y la cuota anual, de 10. Una década más tarde la biblioteca tenía 400 libros, que eran más de 2.000 en 1770. Según el propio Franklin, la biblioteca abría los sábados por la tarde, de 4 a 8. Los miembros podían tomar prestados libros gratuitamente, mientras que los demás debían depositar una fianza y abonar una pequeña tarifa por la lectura.
Este fue el origen no solo de las bibliotecas públicas sino de los clubs de lectura. La Universidad de León ha tenido la feliz idea de crear uno que ya lleva casi un año en marcha.
En la web de la Universidad de León http://bibliotecas.unileon.es/tULEctura/ se pueden encontrar las claves para entrar a formar parte de esta ‘sala de discusión literaria’. Por ejemplo, el propio club de lectura, que propone actividades no sólo dirigidas al público universitario. La asistencia está abierta a cualquier persona de la sociedad interesada en participar y convertirse en socia. Es gratuita. No hay límite de edad ni se exige disponer de ningún certificado de estudios. Esta asociación tiene la pretensión de reunirse de manera periódicae para compartir la experiencia de la lectura y aprovecharla como competencia transversal para completar la formación académica y personal. Hasta el momento, han tenido lugar cuatro lecturas: Medusa, de Ricardo Menéndez Salmón, Verano, de John Maxwell Coetzee, Cuentos de los días raros, de José María Merino, y Ajuar funerario, de Fernando Iwasaki, que comenzó el pasado día 10.
Una de las ventajas que ofrece el club de lectura de la universidad —en el que hay unos cincuenta participantes— es la posibilidad de confrontar las ideas, puntos de vista y versiones de la obra con el propio autor. Así fue con José María Merino, que asistió a la puesta en común final de sus cuentos y así volverá a ser con el peruano Fernando Iwasaki, que departirá con sus lectores el 30 de abril.
El autor de El heredero visitó el Club de Lectura de la Universidad de León el pasado 28 de marzo y subrayó en el encuentro con sus seguidores que la literatura fantástica es un magnífico instrumento para introducir un elemento raro en un universo aparentemente verosímil y producir una pretendida extrañeza en el lector. Merino hizo hincapié en la importancia que en su obra tienen tanto la memoria como el pensamiento simbólico. Asimismo confesó que para él, la única manera de conocernos a nosotros mismos es a través de la literatura, que nos permite pensar sobre la realidad que a veces puede llevar consigo cierta crueldad. Ante la cuestión de si la literatura tiene relación con la filosofía, Merino estableció que la literatura nos ha permitido saber lo que está ocurriendo, mientras que la filosofía se limita a reflexionar y, por ello, la literatura nos ha ayudado a entendernos mucho mejor y nos ha enseñado todo sobre la conducta humana.
Universidades lectoras
Gestionado por Natalia Álvarez y Ana Rodríguez Otero, el club de lectura es una de las ‘patas’ de RIUL (la Red Internacional de Universidades Lectoras) en la que León comparte experiencias con otras que se han comprometido el con el objetivo básico de potenciar el papel de la lectura y la escritura en la Universidad, no sólo como herramientas de trabajo (la llamada alfabetización académica) sino como vehículo de promoción integral del universitario. Reivindicar la lectura y la escritura como competencia básica y transversal es, además, una manera «militante» de actuar como universitario en la sociedad. «Necesitamos no sólo buenos profesionales sino ciudadanos con una visión crítica, imaginativa, que sepan debatir, dialogar, discrepar… y todo ello se aprende y se mejora leyendo y escribiendo en el amplio sentido de dichos conceptos», destaca el director de publicaciones de la Universidad, Jesús maría Nieto Ibáñez.
La Red diseña un conjunto de actividades comunes, que aspiran a poner en práctica propuestas y entornos favorables a la lectura y la escritura en la comunidad universitaria en su conjunto, abarcando desde la escritura académica a las actividades de extensión de la lectura, charlas, exposiciones, publicaciones y un amplio etcétera. Se busca fomentar una práctica politextual y policontextual, esto es, integrando diversos lenguajes y contextos, como el aula, la biblioteca u otros espacios y recursos que la Universidad puede dinamizar como lugares para el aprendizaje, el diálogo y la creación. Es lo que se conoce como alfabetización múltiple, que no tiene más remedio que integrar las nuevas vías de acceso a la información (Internet, por ejemplo) o los nuevos lenguajes.
Por otro lado, y desde una perspectiva ecléctica e integradora, la Red pretende esquivar las dicotomías tradicionales entre Ciencias y Letras o Tecnología y Humanismo, que tanto daño han hecho. Todas las prácticas pueden ser puestas en valor, en el contexto y con el objetivo adecuado: desde un libro de poemas a un blog, desde la lectura en voz alta a la escritura multimedia. Todo ello integrando todos los recursos humanos, materiales e institucionales de las Universidades, su profesorado, alumnado, Bibliotecas universitarias, etc. Igualmente, la Red no sólo lleva a cabo actividades formativas o de difusión sino que también pretende articularse como una unidad de I + D, emprendiendo acciones de investigación de ámbito interuniversitario y sobre las temáticas ya mencionadas.
Hasta ahora, la Red ha llevado a cabo dos proyectos literarios. El primero de ellos se desarrolló los días 17 y 18 de octubre de 2013 acerca de la Literatura Actual y contó con conferencias de Álvaro Acebes, Carlos Pardo, Patricia Esteban, Marta Sanz, Eloy Tizón y Jon Bilbao. Además, el 14 y 15 de noviembre, se celebraron las Jornadas Mundos Insólitos en la Literatura, que contó con numerosos ‘rincones literarios’, como Fábulas sobre el mañana. La novela de ciencia-ficción en México o La literatura de lo maravilloso: el universo mítico de Alberto Chimal.
Entre las actividades propuestas por el blog destaca el de Recomendaciones de los sabios, una parada en la que escritores y profesores hacen recomendaciones sobre esenciales literarios. Así, Ricardo Menéndez Salmón recomienda la lectura de Crematorio, de Rafael Chirbes, El astillero, de Juan Carlos Onetti, El malogrado, de Thomas Bernhard, Ruido de fondo, de Don DeLillo y Vidas minúsculas, de Pierre Michon.
Además, y dentro de las actividades de la Red, el próximo 6 de mayo, el director de la biblioteca de la Universidad será el maestro de ceremonias de una suelta de libros. Permaneced atentos...
Fuente: Diario de León.
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